Como ya te he contado en alguna ocasión, existen en el mundo diferentes tipos de ingresos, y nuestra obligación como personas que buscan ser lo más financieramente independientes posibles es sacar el máximo partido a cada uno de ellos, poniéndolos a trabajar para nosotros e incrementando nuestra riqueza neta. Una pieza fundamental a la hora de hacer crecer nuestra riqueza es la inversión de una parte de nuestro capital a través de fondos de inversión (si quieres saber porqué prefiero éstos a las acciones, pincha aquí).
INVIRTIENDO CON SENCILLEZ
Como
sabrás si eres lector habitual de este blog, uno de mis principios
básicos que aplico en mi vida, tanto en el ámbito financiero como en el
personal, es la sencillez, el minimalismo. La gran mayoría de las
personas que invierten parte de su dinero en los mercados financieros
lo hacen sin tener los conocimientos suficientes, por lo que acaban
poniendo su dinero en los valores y fondos que recomiendan los analistas
de las publicaciones financieras. Lo que ocurre es que en muchas
ocasiones es que éstos, siendo conscientes de la gran cantidad de
seguidores que tienen estas publicaciones, recomiendan valores que en
absoluto son los adecuados para determinados perfiles de inversión (por
ejemplo los más conservadores). En el fondo lo que buscan estos
analistas es que la gente realice operaciones de corto plazo, y si es
con una cuenta de la sociedad de valores con la que ellos trabajan mucho
mejor, para poder cobrar enormes comisiones de intermediación.